Festival Flamenco de Madrid. Gala Inaugural: Con M de Mujer.

 

Cante: María Vargas, Tía Juana la del Pipa, Montse Cortés, Encarna Anillo, María Terremoto, La Shica, Maoui, Maite Maya, María La Coneja, Rocío Bazán, María Mezcle, Aurora Losada y Naike Ponce.

Toque: Jony Jiménez, Luismi Manzano y Pituquete.

Piano: Pablo Rubén Maldonado.

Maestro de ceremonia: Enrique Pantoja.

Guión y dirección: Ángel Rojas.

Sala: Centro Cultural de la Villa / Teatro Fernán Gómez.

Espectadores: 600 (aprox.).

Miércoles 16 de Mayo de 2018.

VIOLETAS CON CASPA.  

¿Es posible que alguien haya cobrado por escribir los aproximadamente dos folios que dan continuidad al espectáculo?. ¿No se ha encontrado una manera menos casposa y regresiva de homenajear a la mujer flamenca?. ¿No había forma de establecer como iconos del Madrid flamenco, desde una perspectiva de sexo, otros personajes más vinculados a la expresión flamenca que La Violetera o Lola Flores?.

Todas estas preguntas ponen en el punto de mira, por un lado, a un bailaor, Ángel Rojas, director del evento –término que quien esto firma se tiene prohibido a sí mismo, pero que en este caso viene como anillo al dedo-, cuyo concepto de contenido y estética nos hacen dudar seriamente de su capacitación para las gestiones de guión y dirección de este Festival. Y, por otro lado, apuntan hacia un ayuntamiento cuya inexistente Concejalía de Cultura patina constantemente en un imposible encuentro entre lo que se propugna y lo que se programa. Y es que, como suele pasar, las buenas intenciones no bastan.

Entre otras cosas, para combatir el machismo como una de las consecuencias más repugnantes del abuso de poder, no es preciso imponer la perspectiva de género y la inclusión positiva a golpe de martillo. La importancia histórica de la mujer en el flamenco, como se sabe, es decisiva, y si se quiere vincular este hecho con la capital del estado, podrían haberse escogido una multipilicidad de motivos, en los que aquí no vamos a entrar. Son los organizadores, que para eso están al frente, quienes deben pensarlo y desarrollarlo.

Porque el cante y el baile flamenco no sería lo que es sin las aportaciones de Merced La Serneta, de Pastora Pavón, de Pastora Imperio, de Carmen Amaya, de Fernanda de Utrera y de Carmen Linares. De la misma manera que quedaría cojo sin las representantes de las diferentes generaciones y escuelas que integran el elenco del espectáculo diseñado para la ocasión.

Pero insistimos, poca justicia hace al cante jondo desaprovechar una nómina artística tan variada como incoherente en el contexto de una propuesta que, uniendo el tópico y el típico más reaccionario, no duda en reivindicar, en una mezcla imposible, a Lola Flores y a Violeta Parra; a Pemán y a lo yeyé. Todo ello transitando desde las bulerías por soleá más doloridas de Tía Juana y María Terremoto (atención a María¡¡: ya es una de las voces jerezanas más importantes) hasta el flamenquito de La Shica y Naike, muy acogedor para disfrutarlo tomando un gintonic en un chiriguito al aire libre de Vejer a las dos de la noche, pero impropio de un festival que se precie. Desde el aire personal de La Coneja y Mayte Maya y la veteranía de María Vargas, hasta el desencuentro forzado entre un piano desprovisto de compás y la voz en el cante por caracoles de Rocío Bazán con el acompañamiento de Maldonado.  Desde la cita ya tan tópica chaconiana sobre el Madrid de la Corte hasta la semblanza cómica de Enrique Pantoja rememorando a Chiquito de la Calzada. Desde el buen hacer de María Mezcle por seguiriyas hasta la evocación que ninguno entendimos de Violeta Parra en la espléndida voz gaditana de Encarnita Anillo. Líbrenos Undebé de poner en duda la grandeza musical y personal de la cantante chilena, pero en este caso no encontramos nexo entre una cosa y otra. Igual que en la introducción inicial de Maldonado al piano, sobre los compases del mencionado cuplé violetero del maestro Padilla que popularizase Sara Montiel. Muy bonita, sin embargo, todo hay que decirlo, la obertura por tangos, con el mismo cuplé a modo de estribillo, con que nos obsequiaron las cantaoras a la apertura de telón.

El público –tres cuartos largos de sala- generoso en exceso, como viene siendo habitual en estas citas. Al final, todo el mundo contento: nadie quemó la sala y todos aplaudimos la intervención de las artistas.

Manuel Torres (colección Carlos Martín Ballester) y actuación de José Mijita

Presentación de la obra. 428 páginas + 2 CDs con un total de 49 cortes (Madrid 2018).

Cante en directo:                  JOSÉ MIJITA

Toque:                       DOMINGO RUBICHI

Presentación:     Carlos Martín Ballester y José Manuel Gamboa

Sala:                          OFF-LATINA

Jueves 26 de abril de 2018

ERAN LOS DÍAS SEÑALAÍTOS…  

No ha defraudado la expectación surgida ante la esperada publicación del segundo volumen de la Colección Carlos Martín Ballester, cuyo titular es, a su vez, presidente y principal impulsor de Círculo Flamenco de Madrid. La obra –MANUEL TORRES (Madrid 2018)- no sólo responde a la expectativa creada, sino que se convierte -y creo que no nos equivocamos mucho- en uno de los trabajos más fundamentales de la reciente bibliografía flamenca. Tras el volumen dedicado a Antonio Chacón (Madrid 2016), que competía directamente con la magna biografía chaconiana de Blas Vega (Vida y cante de don Antonio Chacón, Madrid 1986), éste, de Torre, necesariamente eclipsa los trabajos publicados hasta la fecha en base a la figura del cantaor Manuel Soto Leyton (Soto Loreto según biografías anteriores) (Jerez 1880 – Sevilla 1933).

En primer lugar, los autores recuperan el primitivo nombre artístico del cantaor como se escribía en programas, prensa y grabaciones de la época: Manuel Torres, y no Torre, como ha pasado a la historia de la tradición flamenca. Discutible o no, en función de ésto último, así queda en el libro y está debidamente argumentado.

Por otro lado, la estructura narrativa de la obra se nos antoja idónea para adentrarse en el conocimiento de nuestro cantaor. Como parece que va constituir la seña de identidad de la Colección, el volumen diferencia muy bien los diversos capítulos y ángulos de enfoque del personaje. Lo que posibilita el acceso de la obra a muy distintos sectores de público potencial: el aficionado incipiente, el aficionado profesional, el especialista y todo tipo de espectador transversal interesado por la música y la cultura en general. Manuel Torre, como todos sabemos, es uno de los pilares –junto con Silverio Franconetti, Chacón, los hermanos Tomás y Pastora Pavón, Antonio Mairena y Manolo Caracol- de todo el cante actual.

Enlazando con ello, justo es citar la introducción que, desde un prisma casi antropológico, como acostumbra, escribe José Manuel Caballero Bonald, una de las cumbres de la literatura española del siglo XX. Las veinticuatro páginas del otro José Manuel, Gamboa, analizan a su forma –con ese estilo satírico de creación propia que perfectamente podía dar pie a una representación escénica- la influencia de Torre en el flamenco del pasado siglo y las divertidas contradicciones de especialistas, aficionados y autoridades. El análisis musicológico de las grabaciones, de manera exhaustiva, una por una, y por riguroso orden cronológico, corren por cuenta de Ramón Soler, ese forense de la lírica flamenca, que desmenuza verso a verso, y a veces vocablo a vocablo y nota a nota, el contenido y genealogía de cada cante. A no menor altura brilla el bisturí sin piedad de Norberto Torres, principal autoridad en el análisis del toque flamenco, que, paralelamente, a los comentarios de Soler en lo referente al cante, desentraña todas las claves de los acompañamientos, desde Juan Gandulla Habichuela hasta Javier Molina, pasando por Hijo de Salvador y Miguel Borrull. Quedan por mencionar los dos troncos fundamentales del libro: el apartado biográfico, a cargo de Carlos Martín Ballester, modélico en contenido y forma. Rehuyendo los estereotipos conocidos en torno al personaje y la anécdota recurrente sin fuente contrastada, su capítulo describe paso a paso la vida, actuaciones y grabaciones del cantaor jerezano, justificando todo ello con exhaustivo material fotográfico y documental que contextualiza la vida del cantaor jerezano en el devenir flamenco de su tiempo, aportando matices históricos, musicales y costumbristas de singualar valía. Y, por último, la presentación sonora de la obra de Torre: cuarenta y nueve cantes –muchos de ellos desconocidos hasta la fecha- que, eso sí, resulta recomendable escuchar con el libro abierto por la ficha de cada cante, ya que se nos ofrece la fotografía del disco, marca editora, fecha, datos técnicos y nombre del tocaor acompañante. La permanente vocación de catalogación y archivo, así como en el tratamiento del sonido del propio Martín Ballester y el trabajo técnico de Víctor Tomé, hacen que nos encontremos ante un Manuel Torre distinto, moderno y penetrante, con un resultado sonoro que hasta la fecha no conocíamos en anteriores ediciones. Todo lo expuesto, unido al imaginativo concepto del diseño que María Artigas viene imprimiendo a todas sus colaboraciones, de manera que ya son sello propio, contribuyen al singular acabado del volumen.

Como sintetizó Carlos en el acto de presentación en el Círculo, el principal objetivo de este volumen era el rescate ordenado y documentado de una obra discográfica, hasta ahora dispersa y con técnicas de reproducción que sensiblemente alteraban los matices musicales originales de la obra del cantaor jerezano, y por otro lado, ofrecer al público un retrato de su vida en base a testimonios probados relacionados con sus actuaciones, sus grabaciones, su relación con otros personajes de su tiempo, huyendo de tópicos acerca de su diáspora vital, a veces más cercanos a la leyenda que a la realidad.

José Manuel (Gamboa) intervino realizando una apasionada defensa del cante de Torre, del resultado de las grabaciones, del espíritu de la Colección y del hecho de que el aficionado no tiene que dejarse guiar por las modas pendulares de la flamencología –atención¡, qué gran valor cobra esto en boca de un investigador¡¡-, sino por el placer y el sentimiento que provocan en nosotros estos cantes.

Durante las explicaciones de Carlos y de Gamboa, tuvimos la oportunidad de comprobar en la pantalla, de manera gráfica, la estructura de la obra y de escuchar tres cantes correspondientes a tres momentos distintos de la discografía del autor:

la magistral versión de la malagueña de El Canario, un antológico cante por soleá con estilos de Alcalá y Cádiz, y esa obra maestra por seguiriyas de Curro Dulce Eran los días señalaítos de Santiago y Santa Ana…, uno de los cantes más versionados a través de la historia, con sus múltiples variantes en la letra –en lo que aquí no vamos a entrar-, desde Era un día señalao, que nos canta Torre, hasta dos días señalaítos, en versión de Mairena, pasando por el marchamo caracolero Y eran los días señalaítos hasta llegar al barroquismo polimétrico de El Pele: Y es que a mí me había dicho la gente que eran dos días señalaítos…,etc, etc.

José Mijita en el Círculo Flamenco de Madrid el 26/04/2018.

Y luego nos regaló por derecho José Mijita cuatro cantes llenos de gusto y verdad. Con Domingo Rubichi al toque, una de las guitarras más necesarias del flamenco actual, como llevamos tiempo insistiendo.

Quien es actualmente principal depositario de una estirpe que cuenta entre sus antecedentes familiares a Tío Chalao, Berenjeno o su propio padre Mijita, y con inconfundible eco manueltorrero en la voz, como ha dicho Gamboa con su habitual precisión, llenó la cueva del OFF de soníos negros. Alcalá y Jerez en los tercios soleareros del Paula, Frijones y La Serneta; versiones de Torre y Francisco la Perla con el cambio del abuelo Parrilla en la seguiriya; soniquete a tope de La Plazuela en la bulería –y sin palmeros¡¡, susurró Miguel París a mi lado-, y fandangos naturales con el famoso final de Manuel Torre Yo del nido la cogí…

Vámonos¡¡

Presentación del libro «Desde la Alhambra yo te los cuento»

Cante:                    ANTONIO CAMPOS

Toque:                               PACO CRUZ

Sala:                               OFF-LATINA

Jueves 25 de enero de 2018

No necesitó más de cinco minutos Antonio Campos el pasado jueves 25 en el Off para regalarnos una hermosa tanda de soleares, de las mejores que hemos oído últimamente. Con el no menos sobresaliente toque de Paco Cruz, paseó con autoridad y convicción por los cantes de Alcalá, Utrera y Cádiz, para sorprendernos con un insólito cierre trianero al estilo de Pinea.

Esto sucedió con motivo de la presentación que organizó el Círculo a propósito de la edición del libro de relatos Desde la Alhambra yo te los cuento, una curiosa incursión del cantaor granadino en el terreno de la narrativa flamenca. Tres cuentos cortos, con introducción general de Juan José Téllez y prólogos de José Manuel Gamboa, José Luis Ortiz Nuevo y José María Velázquez, en el contexto de una cuidada edición de la Diputación de Granada en cuanto a diseño, maquetación y tipografía, además de las ilustraciones de Jesús Conde.

Fué precisamente José María Velázquez quien condujo sabiamente el acto, intercalando reflexiones propias con una selección de textos del libro, e ilustrando todo ello nuestro cantaor con una exquisita colección de cantes -además de la mencionada soleá- por alboreá, granaína y media, bulerías y tangos, éstos últimos en sus versiones granadina y malagueña.

Un acto cortito, no más de cincuenta minutos, pero con sabor. De esos que ponen de manifiesto que con cabeza y corazón el ensanche del territorio flamenco resulta posible.

Silla de Oro 2018

SILLA DE ORO 2018: Final del Concurso de Cante de La Fortuna-Leganés (Madrid)

Cante (finalistas):   EDUARDO HIDALGO / WILO DE EL PUERTO / LIDIA PÉREZ

Toque:                     PEPE NÚÑEZ / EDUARDO REBOLLAR

Actuación estelar:    LA KAÍTA y ALEJANDRO VEGA

                              (cante) / MIGUEL VARGAS y JUAN

             VARGAS (toque) / EL MUSI (percusión) / EL

                                   PEREGRINO (Baile y Distinción Flamenca Ángel Lacalle)

Presentación:          JUAN JOSÉ GIL.

Sala:  Auditorio Padre Soler. Universidad Carlos III de Leganés.

Domingo 28 de Enero de 2018.

Espectadores: 850 (aprox.).

El cantaor portuense WILO DE EL PUERTO es el nuevo ganador de la Silla de Oro. El jurado, formado por Mariano Morillas y Pedro Zambrano, y reforzado este año por el guitarrista Pablo San Nicasio, otorgó el citado galardón en una final en la que las esencias del cante grande brillaron por su ausencia.

Creemos que las reticencias a declarar desierto un premio al que ninguno de los finalistas acreditaron merecimiento difícilmente prestigian un Concurso que, por su trayectoria y antigüedad, merecería mayor consideración. Ni Wilo, ni el pacense Eduardo Hidalgo –a quien se otorgó el premio a los cantes poco interpretados, que igualmente, debería haber quedado desierto- trascendieron con su cante del simple enunciado básico; así como la cantaora jienense, Lidia Pérez, que nunca debió de pasar a la final por sus evidentes problemas con el reloj en la fase clasificatoria. En honor a la verdad, hay que resaltar que el cantaor Wilo fue el único que se ajustó a las normas de tiempo impuestas por el concurso: tres cantes en un máximo de veinte minutos. Desconocemos si este hecho decidió el premio, pero posiblemente sí.

Por lo demás, comentar que días atrás se había dejado fuera de la final al cantaor sevillano Jesús Campos, que en la fase de clasificación ofreció una personalísima y coherente propuesta por soleá, bulerías y fandangos. Y destacar con toda justicia los momentos más jondos de la final: el recital festero de los artistas invitados. El cante de La Kaita y Alejandro Vega, y las guitarras de Miguel y Juan Vargas, que obsequiaron a todos con una jugosa antología del flamenco extremeño a compás de bulerías, fandangos, tangos, jaleos, coronada por el singular duende que destila la figura del bailaor Peregrino, homenajeado este año por el Festival y, sin ninguna duda, estrella de la noche.

 

Máquinas de vivir. Flamenco y Arquitectura en la ocupación y desocupación de espacios

Exposición:             MAQUINAS DE VIVIR

Comisariado y dirección:        PEDRO G. ROMERO y MARÍA GARCÍA

Sala:          CentroCentro / Palacio de Cibeles, Madrid.

Insólito, por lo inusual de la propuesta, resulta el contenido y la forma de esta instalación, en la que sus autores, Pedro G. Romero y María García, según declaran en la presentación, parten de los postulados que, en materia urbanística, aportaron los teóricos del movimiento situacionista (cuya rehabilitación en el seno de las luchas sociales del presente no estaría de más considerar), que, a mediados del pasado siglo, establecieron un nexo teórico entre marxismo, estructuralismo y arquitectura.

Y así, partiendo de la concepción del diseño de Le Corbusier, el socialismo utópico de Proudhon, los estudios antiautoritarios de Guy Débord y el marxismo científico de Althusser, llegamos a la rumba de Caño Roto y al teatro andaluz previos a la Transición política española.

Abundantísima y complejísima en documentación –libros, prensa, recortes, manifiestos, cartelería, fotografías, documentales, programas de mano, mobiliario, herramienta, planos arquitectónicos-, resulta fundamental asistir a la hora que el guía explica la exposición, salvo riesgo de perderse de sala en sala.

Las primeras dependencias de la Muestra atañen a la diáspora gitana europea de los siglos XVIII y XIX y las diferentes experiencias urbanísticas en lo referente a su trashumancia y su folclore. La segunda parte de la instalación se centra más en la evolución de las tendencias musicales que, en el seno del flamenco, surgieron como resultado de los movimientos migratorios de los años cincuenta, en el caso, sobre todo, de Madrid y Barcelona (desde la rumba urbana en sus diferentes versiones –barcelonesa y vallecana- hasta el acceso del cante a espacios contestatarios inusuales hasta aquel entonces: recintos univesitarios, asociaciones vecinales o foros políticos), y de la lucha contra el régimen en el declive tardofranquista.

Especialmente evocador en este sentido, resulta el amplio espacio dedicado al teatro flamenco sevillano y granadino, surgido principalmente de las iniciativas de activistas culturales como Jiménez Romero,Távora, Juan de Loxa o Monleón, así como de las diferentes propuestas del bailaor Mario Maya.

 

Con tanta, y desacostumbrada, información acumulada en la exposición, a través de las ocho o nueve galerías que componen la obra, intuímos que no siempre la estructura y la teoría casan bien con lo expuesto, y no resulta difícil perderse, pero en cualquier caso resulta recomendable la visita, a fin, sobre todo, de recordar que las músicas, no surgen de manera espontánea, cuando alguien le canta a la luna, sino que son producto de una multiplicidad de condicionantes geográficos, etnográficos, folclóricos y políticos, que en un gran número de casos, y en el flamenco mucho más, aún se encuentran pedientes de estudio. Francisco Moreno Galván, cuando el situacionismo balbuceaba en España, ya se anticipó por tonás: Todo el que canta a la luna / es que en la luna está; / que los que pisan la tierra / a la tierra cantarán.

Samuel Serrano y Diego Amaya en el Círculo

Cante:                        SAMUEL SERRANO

Toque:                               DIEGO AMAYA

Sala:                               OFF-LATINA

Jueves 11 de enero de 2018

Dos consideraciones que surgen a cuento del recital del cantaor de Chipiona, Samuel Serrano, el pasado jueves 11 de enero en el CFM:

La primera, la demostrada capacidad artística multifuncional del guitarrista Paco Cepero, uno de los talentos más centrales de las últimas décadas. Talento, que, por otro lado, siempre ha sabido rentabilizar muy bien, esto es evidente. Tocaor, compositor, letrista, productor y… descubridor de nuevos valores. En este sentido, una de sus últimas aportaciones ha sido conducir de la mano a Samuel en sus comienzos y contribuir a su introducción en el cante profesional.

La segunda consideración viene dada por el hecho de que la presencia en los escenarios de Samuel Serrano, junto a otros cantaores de la ultimísima generación –María Terremoto, y los muy jóvenes aún Purili, Boleco y otros- demuestra una vez más que el tópico, ya casposo, de que el cante está acabado, se encuentra aún por probar. No está de más que recordemos de vez en cuando que ya Machado padre, en el año 1875, vaticinó la muerte del cante jondo. Evidentemente, el escritor aquí no afinaba mucho…

A partir de esto, a Samuel Serrano habrá que seguirle los pasos y esperar en un futuro inmediato una definición consistente de su cante. Creemos que el eco de voz que contiene y su gusto por lo clásico han de conducir obligatoriamente a un resultado artístico acorde con estas premisas.

Algo que ya adivinamos de manera fehaciente tanto en sus grabaciones anteriores (su primer disco en soporte comercial se encuentra a punto de aparecer) como en el recital de la otra noche en el Círculo Flamenco de Madrid. Actuación que abrió por derecho, embarcando de lleno en el mundo de la toná, y que prosiguió marcando compás jerezano a ritmo de bulería por soleá, a la que añadió formas de La Serneta y Joaquín de la Paula.

Nos dejó un tanto distante en la seguiriya, que resolvió con cantes de Tío José de Paula y El Fillo, y tampoco entendimos muy bien su presentación del taranto, intuímos que, quizás, un tanto improvisada, al menos en la segunda letra de Torre. Por alegrías recurrió a formas convencionales pero muy bien armadas. En los tangos evocó aires extremeños, y cerró con fandangos y bulerías en feliz sintonía con la guitarra de Diego Amaya. A quien, dicho sea de paso, resulta obligado agradecer su generosidad y contribución, con su presencia en estos actos de pequeño formato que tanto valora el aficionado.

Paco del Gastor y Antonio Reyes en el Círculo

Guitarra concierto:         PACO DEL GASTOR

Cante:                                      ANTONIO REYES

Toque:                                 PACO DEL GASTOR

Palmas:                                            LOS MELLIS

Jueves 16 de noviembre de 2017

Por encima de gustos y convicciones, resulta inapelable la capacidad de síntesis que adopta Antonio Reyes en su cante por fandangos. Incluso quienes no somos especialmente adeptos a este estilo, no tenemos más remedio que rendirnos ante esa irrefutabla tanda con que nos obsequió el de Chiclana en la sesión del Círculo. Evocando los matices de el de la Calzá y de Caracol nos dejó lo mejor de sí mismo. Hasta en el aparente y previsible encontronazo entre una guitarra de camino polvoriento como la de Paco del Gastor, homenajeado esta noche, y un cante tan de autopista como el de Reyes, la inspiración confluyó en el oficio de ambos. Una vez más, tradición y vanguardia en sustanciosa sintonía.

Foto de Paco del Gastor en el Círculo Flamenco de Madrid el 16/11/2017, tomada por Rufo

Foto de Antonio Reyes en el Círculo Flamenco de Madrid el 16/11/2017, tomada por Rufo

 

Igual que en esa adaptación que hizo Antonio en su cante por soleá, preocupado de servir de acompañamiento idóneo para la guitarra moronera de Paco. Y así se encontraron y sonaron ambos con la profundidad requerida en los cantes de salida del Paula, para luego buscar cobijo en los tres versos de la soleá corta de ámbito jerezano.

Antes nos había dejado una obertura de su recital por cantiñas, en consonancia con su filiación gaditana, y, sin apartarse ni medio compás de la estructura tradicional, resolvió ese cante con propiedad y redondez de manual.

Se dolió por seguiriya al transitar con firmeza desde Jerez a Los Puertos, para rematar con personal libertad, combinando la cabal de El Fillo con el cambio de Curro Dulce.

Y por bulerías… Mellis, Paco y Antonio dejaron bien claro que el compás es patrimonio del alma. Del alma y de la cultura popular de la Baja Andalucía.

En la primera parte –cortita y con sabor a gazpacho moronero- Paco del Gastor, como fantasma de un esplendoroso pasado que muchos nos resistimos a enterrar, había dejado constancia, a compás de seguiriya, farruca y soleá, de la esencia de ese eco identificable que parece abrazar la tierra. Cierto es que echamos un poco de menos la tanda bulearera con las formas que popularizase medio siglo atrás su tío Diego, pero aún planeaba sobre el escenario del Círculo ese soniquete con el que enloqueció hace pocas semanas el otro Diego, para más señas Diego de Morón.

(Inciso, para que nadie se pierda con los tocaores de allí y tanto nombre parecido: Diego del Gastor, fundador de la escuela; Paco del Gastor y Diego de Morón, sobrinos, éste último hijo del cantaor Joselero, a su vez cuñado de Diego del Gastor. Dani de Morón, sin parentesco directo con ninguno, y Paco de Amparo, sobrino-nieto de Joselero y de Diego del Gastor).

Que me corrija desde donde esté José Luis Gálvez, a quien inevitablemente –no podía ser de otra manera- quisimos dedicar la noche. Su repentina desaparición, cinco semanas atrás, nos ha dejado sin mucho aliento, y su hueco no es rellenable.

Eugenia, como ya te hemos dicho todos, sabes que estamos a tu laíto.

Jose de la Tomasa y Manolo Franco en el Círculo

Cante:                              JOSÉ DE LA TOMASA

Toque:                                  MANOLO FRANCO

Jueves 28 de septiembre de 2017

 

El pasado 28 de septiembre se celebró el primer recital oficial del Circulo Flamenco de Madrid en su nueva sede de la sala OFF Latina con el protagonismo de José de la Tomasa y Manolo Franco.

Creo que hay un par de características comunes a estos dos artistas; la amplitud de sus conocimientos y su búsqueda de la perfección formal. Esto les ha llevado a conseguir numerosos reconocimientos; primeros premios en Jerez, Mairena, Córdoba, etc, para José Giorgo Soto “José de la Tomasa” y para Manuel Franco Barón ”Manolo Franco”; Bienal de Sevilla- tres premios, incluido el primer Giraldillo- y Jerez. Además ambos son muy reconocidos en su faceta pedagógica del flamenco.

En esa línea mencionada de conocimiento y perfección se desarrolló el recital en el que hicieron:

Malagueñas, dos rematadas con un cante de Juan Breva; Alegrías; Dos Tarantos; Soleares, dos de Joaquín el de la Paula, una de la Serneta, otra de Frijones y las dos últimas de Cádiz; tres Fandangos acordándose de Canela de San Roque; tres letras por Tientos y cuatro por Tangos, con aires extremeños y del Titi los dos últimos; tres Seguiriyas, con ecos de Torre, Tío José de Paula y Junquera, con el remate de la cabal del Planeta, versión de su abuelo Pepe Torre; unas ocho estrofas por Bulerías cortas y tres Tonás como colofón.

En todo momento , tanto José como Manolo estuvieron en maestros de la ortodoxía flamenca

Paco del Pozo en Off Latina

Cante:                                        PACO DEL POZO

Toque:                                               PACO VIDAL

Jueves 14 de septiembre de 2017

Como antesala de las actividades que el Círculo Flamenco de Madrid desarrollará en la sala Off Latina, en la calle Mancebos 4, a partir de septiembre, se celebró un recital protagonizado por el cantaor Paco del Pozo con el acompañamiento del sanluqueño Paco Vidal.

Escuchamos a un Paco espléndido y con una gran madurez cantaora, a pesar de su juventud. Sus extensos conocimientos, tremenda afición, afinación y paladar flamenco hacen de él un notable cantaor que se mueve con absoluta solvencia por toda la amplia gama de estilos flamencos.

Con la buena , y personalísima, sonanta de Paco Vidal empezó el recital por malagueñas, fueron dos evocando al maestro Ohana y al Chato de las Ventas, con letras diferentes de las habituales para ambos estilos, rematandas con un cante de Juan Breva. Todo hecho con buen gusto y lleno de matices.

Siguieron por alegrías, cante frecuentemente complicado para cantaores no gaditanos pero Paco le tiene cogido el aire y mostró buen compás y sabor a la bahía. La jota fue espectacular.

Después llegó la enjundia del cante por soleá, aquí Paco exhibió conocimiento y temple en el recorrido de estilos que hizo; Alcalá, Utrera, Juaniqui, el Ollero, etc. Una verdadera delicia.

Comenzó la segunda parte con un cante que resultó una bella mezcla de vidalita y colombiana con los correspondientes guiños al maestro Marchena. Un derroche de paladar y arte.

Y más cante por soleá, pero esta vez del Zurraque trianero, empezando con un cante de Pìnea dicho del tirón y siguió con un muestrario donde no faltaron evocaciones al Arenero, Sordillo, Ramón el Ollero, Yllanda, etc con sus correspondientes cambios de Pinea. Otra exhibición.

Y llegaron las seguiriyas, cuatro estrofas, las dos primeras con el trágico sello de Tío José de Paula, la primera con ciertos aromas del Sr. Molina, la tercera de Juanichi el manijero, su popular cante del Cuco, y la cuarta una cabal con los ecos del gran Silverio. Con poderío y mucha comunicación.

Para el final por bulerías Paco eligió las del gran Antonio el Sevillano. Fue un bello remate para un magnífico recital.

Justo es señalar que Paco Vidal estuvo en todo momento asistiendo al cantaor y mostrando en sus falsetas buena técnica y calidad musical.

Luis Moneo en el Círculo Flamenco de Madrid

Cante:                                      LUIS MONEO

Toque:                   JUAN MANUEL MONEO

Jueves 11 de mayo de 2017

 

Durante las cinco generaciones que lleva la familia Moneo dando buenos cantaores, no consta que en una misma generación haya habido tres hermanos de tanta excelencia como la que se da en la cuarta con Manuel, Juan y Luis Moneo Lara:

Manuel pura enjundia flamenca y, en mi opinión, el actual patriarca del cante jerezano; Juan “El Torta”, reconocido como el último genio que ha dado el flamenco; Luis, uno de los mejores valores del cante actual, cantaor de enormes conocimientos, gran seguridad y amplia experiencia no sólo como cantaor sino también como guitarrista y cantaor para el baile, una verdadera referencia.

Asistido por la sonanta de su hijo Juan Manuel Moneo Carrasco, integrante de la gran generación actual de buenos guitarristas jerezanos, Luis demostró con creces las cualidades antes citadas. Su recital fue una exhibición de cante clásico de muchos quilates, pudimos escuchar:

  • Cuatro estrofas por tientos y tres por tangos, todo hecho con temple y mucho arte.
  • Una excelente malagueña del Mellizo precedida de la consabida granaina de preparación. Un dechado de matices y buen gusto.
  • Cuatro cantes de solea por bulería con todo el buen compás del mundo y ese aire característico de Jerez.
  • Dos bravos fandangos evocando a Enrique Ortega Monge “El Almendro”, primo hermano de Manuel Ortega Fernández “El del Bulto”, padre de “Caracol”
  • Soleá; estilos de Joaquín el de la Paula, Agustín Talega, Juaniquí, dos del Mellizo y remate con la grande de Paquirri. ¡Despacito y recreándose, como los grandes!
  • Y llegaron, como no, las seguiriyas; Nitri al estilo jerezano, algunos entendidos dicen que este estilo es de Frijones, Lacherna, uno más de Lacherna con aromas de Francisco la Perla y potente coda de Junquera . Poderosos cantes y, a la vez, conmovedores, con mucha transmisión.
  • Dos tremendos martinetes y una hermosa debla.
  • Y, por supuesto, final por bulerías de la casa. Fueron seis letras de bulerías cortas con el sabor que sólo en Jerez se le imprime a este cante.

Juan Manuel en maestro, dando los tonos adecuados en todo momento y demostrando su profundo conocimiento, y respeto, del cante y por el cante.