Samuel Serrano y Diego Amaya en el Círculo
Cante: SAMUEL SERRANO
Toque: DIEGO AMAYA
Sala: OFF-LATINA
Jueves 11 de enero de 2018
Dos consideraciones que surgen a cuento del recital del cantaor de Chipiona, Samuel Serrano, el pasado jueves 11 de enero en el CFM:
La primera, la demostrada capacidad artística multifuncional del guitarrista Paco Cepero, uno de los talentos más centrales de las últimas décadas. Talento, que, por otro lado, siempre ha sabido rentabilizar muy bien, esto es evidente. Tocaor, compositor, letrista, productor y… descubridor de nuevos valores. En este sentido, una de sus últimas aportaciones ha sido conducir de la mano a Samuel en sus comienzos y contribuir a su introducción en el cante profesional.
La segunda consideración viene dada por el hecho de que la presencia en los escenarios de Samuel Serrano, junto a otros cantaores de la ultimísima generación –María Terremoto, y los muy jóvenes aún Purili, Boleco y otros- demuestra una vez más que el tópico, ya casposo, de que el cante está acabado, se encuentra aún por probar. No está de más que recordemos de vez en cuando que ya Machado padre, en el año 1875, vaticinó la muerte del cante jondo. Evidentemente, el escritor aquí no afinaba mucho…
A partir de esto, a Samuel Serrano habrá que seguirle los pasos y esperar en un futuro inmediato una definición consistente de su cante. Creemos que el eco de voz que contiene y su gusto por lo clásico han de conducir obligatoriamente a un resultado artístico acorde con estas premisas.
Algo que ya adivinamos de manera fehaciente tanto en sus grabaciones anteriores (su primer disco en soporte comercial se encuentra a punto de aparecer) como en el recital de la otra noche en el Círculo Flamenco de Madrid. Actuación que abrió por derecho, embarcando de lleno en el mundo de la toná, y que prosiguió marcando compás jerezano a ritmo de bulería por soleá, a la que añadió formas de La Serneta y Joaquín de la Paula.
Nos dejó un tanto distante en la seguiriya, que resolvió con cantes de Tío José de Paula y El Fillo, y tampoco entendimos muy bien su presentación del taranto, intuímos que, quizás, un tanto improvisada, al menos en la segunda letra de Torre. Por alegrías recurrió a formas convencionales pero muy bien armadas. En los tangos evocó aires extremeños, y cerró con fandangos y bulerías en feliz sintonía con la guitarra de Diego Amaya. A quien, dicho sea de paso, resulta obligado agradecer su generosidad y contribución, con su presencia en estos actos de pequeño formato que tanto valora el aficionado.